16 de noviembre de 2007

PÉREZ DE ALBÉNIZ: PUBLICADO EN EL MUNDO

Enredo

Esperanza Aguirre defiende ante el Rey, en nombre de la libertad de expresión, a Federico Jiménez Losantos, días después de que éste pidiese la abdicación del monarca en un programa de Sánchez Dragó en Telemadrid, pero sólo unas horas antes de que los colegas sabios de un primo físico de Rajoy no sepan qué tiempo puede hacer al día siguiente en Sevilla, opinión que comparte, con la sumisión de un borriquito de noria, Esperanza Aguirre. Desde el estreno de la serie estadounidense 'Enredo', en 1977, no me reía tanto con una parodia de la vida real, de la gente real, de la libertad de expresión real, de la ciencia real. La ficción televisiva producida por la cadena ABC causó un enorme revuelo, tanto por sus actores surrealistas como por mezclar temas como el incesto, la homosexualidad, la infidelidad, la impotencia o la traición. La comedia de situación organizada por el principal partido de la oposición en la recta final de su desesperado asalto al poder es aún más enrevesada, original y disparatada. Y sus actores son mucho más cachondos. Piensen que Jiménez Losantos se retractó de sus palabras antimonárquicas, que Esperanza quería renovar a Soriano al frente de Telemadrid, que Sánchez Dragó eyacula hacia adentro, que el Rey caza hacia afuera (su especialidad son los plantígrados rusos pasados de copas), y que Rajoy es tan ignorante como para confundir climatología con meteorología. ¿No es para troncharse? El primer gag de esta nueva serie, que necesariamente tiene que ser potente, ya está escrito. Y es que escuchar el término 'libertad de expresión' en boca de Esperanza Aguirre supera la comedia que pudieran escribir los mejores humoristas del planeta. Un texto tan breve como directo que serviría para inaugurar un nuevo género de 'mini monólogos' para teléfonos móviles, basados en 'El club de la comedia'. Ya lo estoy viendo. En el piloto saldría al escenario la señora Aguirre, carraspearía, se apoyaría en el taburete, pronunciaría cadenciosamente las tres palabras mágicas ("Libertad... de... expresión') y... Bajaría un telón de seda rojo en el que estaría escrito con lentejuelas 'Telemadrid'. La gente se partiría el pecho de la risa. También se podrían adaptar ideas de la serie norteamericana original. Por ejemplo, recuperar al ventrílocuo que siempre hablaba por la boca de su muñeco, uno de los mejores personajes de 'Enredo'. No habría ni que hacer un casting: ¡en el entorno del PP abundan los ventrílocuos! Los obispos hablan por la boca de Losantos. Aznar habla por la boca de Esperanza, que a su vez habla por la boca de Dragó. El Rey habla por la boca de su escopeta. Y el físico cuántico habla por la boca de su primo, que no es otro que Rajoy. Un Rajoy que se aleja cada vez más de la imagen que debe tener un aspirante a presidente del gobierno para acercarse a la de Marianico el corto, popular personaje de ficción que, como los protagonistas de 'Enredo', vive en un mundo ficticio, perfecto, sin atender a estupideces como la meteorología o la climatología. La meteorología o la climatología son fenómenos extraños cuya comprensión está al alcance de unos pocos humanos elegidos. Entre esta élite se encuentran los jardineros. Les contaré un secreto: de la misma manera que un físico cuántico es el asesor medioambiental del líder de la oposición, mi asesor para cuestiones políticas es un jardinero. Yo tengo un primo que es jardinero, y cuando le pregunto por Rajoy dice que es un alcornoque. También le compara con un melón, una mata de habas y un montón de estiércol de gorrino. Pero como es mi primo, y mi asesor, yo le creo 'a pies juntillas'. ¿El cambio climático? Según informes de la ONU, agrupaciones ecologistas y economistas tan prestigiosos como Sir Nicholas Stern, se trata de "una realidad incuestionable" y "un problema de carácter mundial que merece prioridad absoluta". Según el líder del PP, y por simpatía asnal Esperanza Aguirre ("comparto todas y cada una de las opiniones de Rajoy, y singularmente ésta"), al parecer "tampoco lo podemos convertir en el gran problema mundial". Por cierto, en el programa de Ana Rosa estuvo Ana Pastor, que volvió a confirmar la opinión de mi primo el jardinero sobre el PP y sus barandas: "Estamos tan concienciados (con el cambio climático) que en la ciudad que yo represento vamos a hacer una depuradora de aguas", dijo, y se quedó tan ancha. Pero su cara era un mapa: no tenía ni idea de medio ambiente, ni de cambio climático, ni de nada que se le pareciese. En ese mismo programa Miguel Ángel Aguilar rizó el rizo de la ventriloquía y habló por su propia boca. Una boca que habla tanto, y en tantos sitios, que repitió EXACTAMENTE las mismas palabras, el mismo chiste, que había soltado la noche anterior en un programa de la cadena SER: "El problema de las declaraciones de Rajoy es el tonillo. Es como aquel que dice: ¿a ti te molesta que te llamen hijo puta? Y el otro responde: no, es el tonillo".

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