24 de mayo de 2007

QUE DIOS NOS COJA CONFESADOS


Hoy me he levantado muy temprano. Un terrible dolor intestinal me ha hecho saltar de la cama a las seis y veinte. No sé a qué se ha debido, quizás las acelgas de mi "admirado" menú del día o una bolsa de palomitas que compré ayer por la noche en una tienda de chinos. La cena no pudo ser, no creo que un sandwich de jamón y queso fuera capaz de provocar tan desagradables sensaciones. Cómo el resto de la familia no ha amanecido hasta las siete y media, me he dedicado durante una hora a leer mi correo y a mirar por encima las noticias del día en las páginas digitales.

Cuando parecía que la "cosa" estaba controlada, la lectura de una interpretación muy libre sobre un posible y "terrible" acontecimiento me ha vuelto a producir fuertes retortijones:

La número dos a la lista del Ayuntamiento de Madrid es la Legionaria de Cristo (aunque ella lo desmiente), Ana Botella, esposa del melón de las Azores, que se debate estos días entre el rioja, la guerra civil, los que vamos a dar votos a ETA, y el "pasarse por el forro de los cojones" las normativas de la DGT. Pero no es esto lo que ha provocado que mi intestino volviera a "bramar", no. La razón ha sido la interpretación que un "forero" del Estu ha hecho de la privilegiada posición de la Botella, en la lista del faraón Gallardón. Decía que si en un futuro se produjera la "decapitación" política de Rajoy, nada utópica por otra parte, y se planteara la candidatura de Albertito a las próximas legislativas como número uno del PP, nos encontraríamos con sor Ana, como futurible alcaldesa de Madrid. ¿Podría ser? Podría, pero antes asistiríamos a un duelo entre "la de los techos altos" y "el de las faldas y a lo loco", en el que espero que alguno resulte herido de gravedad. Y si me dan a elegir, elegiría a los dos.

Mi intestino, susceptible a estos "patéticos" pensamientos ha protestado, se ha agitado, y se ha rebelado ante un panorama tan fantasmal. Menudo duo Ana-Esperanza. ¿Cabe en alguna cabeza semejante insulto a la inteligencia? Oremos hermanos para que esto nunca sea una realidad.

Decía yo en plan "coña", que si esto ocurre, los conductores de los autobuses, en vez de dar billetes, nos darán la comunión. Veremos los carteles anunciadores de la Vigilia de la Inmaculada adornando el interior de los transportes públicos, y las paradas convencionales serán sustituidas por las estaciones de los Víacrucis. Algunas líneas, al tener más de quince paradas, tendrán que hacer dos o más. Los rezos y plegarias se oirán a través de los altavoces, aunque en alguna línea y en fechas muy concretas, quizás un obispo o un arzobispo se atrevan a declamarlas a viva voz en el propio metro o autobús, para pasar el cepillo posteriormente. Se podría plantear incluso el cambio de color, con el púrpura para los autobuses urbanos y el carmesí para los interurbanos.

Si desde el puesto de segunda teniente de alcalde, que en la actualidad ocupa doña Ana es capaz de decir:

“España ha progresado mucho y ya no vemos a un español subido en un andamio. Ahora los españoles están en unos puestos más altos. Yo creo que en eso la población inmigrante es fundamental, y nuestro progreso se ha debido también a ellos".

“El matrimonio entre homosexuales es tratar de la misma manera lo que es diferente. Si se suman dos manzanas, pues da dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera nunca puede dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta”.

“Ahora los que se caen del andamio no son españoles, de esta manera los inmigrantes aportan mucho a este gran país”

¿Qué nos deparara el futuro, si tan inteligente y cultivada mujer accede al puesto de alcaldesa?
Prefiero no pensarlo por el bien de mi Aparato Digestivo, aunque siempre nos quedará el Tanagel.

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