19.03.07, Diario Crítico (ES). Hablan de libertad de creación, de conciencia y de expresión para justificar lo injustificable: no ya el sacrilegio, que efectivamente hay libertad de expresión y religiosa, sino la nula calidad artística del trabajo del fotógrafo JAM Montoya, autor de una obra de pornografía religiosa que ya ha sido llevada a los tribunales. Pero como estamos en campaña electoral, una pretendida Federación Internacional de Ateos (FIdA) ha hecho un llamamiento a la “solidaridad y el apoyo de todos los demócratas, laicistas, ateos, librepensadores y demás herejes conscientes de las consecuencias sociales implícitas en el caso de las denuncias al fotógrafo JAM Montoya por parte de los activistas ultracatólicos y de los oportunistas que intentan sacar provecho electoral”. Esta plataforma, que no ha surgido cuando las ofendidas han sido otras religiones -recordemos la polémica mundial por las caricaturas de Mahoma, por ejemplo- han preparado, incluso, un manifiesto para ser firmado. Aunque parece que con escaso éxito.
Esta mañana he recibido el boletín de la FIdA y me he quedado con ésta noticia.
Resultan curiosos algunos párrafos, como el de que queremos justificar lo injustificable.
Gran país éste, lleno de profetas, que son capaces de saber a ciencia cierta lo que está bien y lo que está mal. Incluso de afirmar que las fotos de Montoya son de nula calidad artística. Será que el autor del artículo es además de periodista, un afamado entendido en arte. Diga usted que no le gustan y punto. A mi no me gusta Picasso y no por eso pondré en entredicho el nivel artístico de sus cuadros.
Desde la FIdA y hablo a título individual, pero como miembro del colectivo que se agrupa bajo estas siglas, hemos dado una respuesta a los que en base a sus moralistas creencias- nosotros también podemos opinar- pretenden "crucificar" (toda la vida ejerciendo de fariseos y saduceos, que contradicción) a un fotógrafo, que simplemente ha creado lo que a su creatividad le ha dado la gana. La campaña de la infamia y el descrédito la han montado otros. Los que hacen propaganda electoral con este asunto tampoco somos nosotros.
El manifiesto en protesta por este "linchamiento" impúdico tendrá el éxito que tenga, que poco importa. Nos interesa dar a conocer nuestra opinión al respecto y nada más. Nos interesa hacer llegar a la gente y a la opinión pública una corriente de pensamiento que durante años ha permanecido en el silencio y que ahora ha decidido hacerse oír. Con pocos medios, con poco dinero, pero con cierto entusiasmo. Existimos, y por tanto nos manifestamos, y sobre todo exigimos que nos dejen existir.
Estamos en nuestro derecho a atacar las religiones, porque consideramos que no son más que una creación del ser humano, para sojuzgar y abolir la libertad de otros seres humanos. Allá cada cual con su conciencia y sus creencias, con su libertad y con los símbolos con los que rodean sus doctrinas. El día en que ellos respeten nuestra libertad, podrán, si es el caso, pedir ser respetados. De momento en los siglos de historia de la humanidad, nunca lo han hecho y no parece que ahora vayan a cambiar. Ellos sí se dedican a intentarnos imponer sus criterios morales, y nosotros, simplemente respondemos. Sus acciones tienen unas consecuencias, unos efectos, y aquí está los que en nosotros ha provocado.
Y seguiremos adelante, que no les quepa la menor duda. Nos solidarizaremos con todos aquellos cuya libertad sea agredida en nombre de unos dioses qué para nosotros no tienen por qué formar parte de nuestras vidas. El problema aparece y se desarrolla, cuando lejos de mantenerlos al margen de nuestra existencia, nos hacen comulgar con ellos en muchas parcelas de nuestra vida.
En cuanto a las caricaturas de Mahoma que ofendieron a los musulmanes: ¿que pretende el moralista autor del artículo? En primer lugar está desinformado porque en ellas no se representaba a Mahoma, sino al radicalismo musulmán. En segundo lugar, muchos miembros de la FIdA ya nos manifestamos al respecto en su momento y nuestra opinión no fue diferente a la que hemos dado sobre el caso Montoya. El contexto es parecido si no idéntico y la respuesta es la misma: libertad de conciencia, de expresión y de creación. Así de sencillo.
Esta mañana he recibido el boletín de la FIdA y me he quedado con ésta noticia.
Resultan curiosos algunos párrafos, como el de que queremos justificar lo injustificable.
Gran país éste, lleno de profetas, que son capaces de saber a ciencia cierta lo que está bien y lo que está mal. Incluso de afirmar que las fotos de Montoya son de nula calidad artística. Será que el autor del artículo es además de periodista, un afamado entendido en arte. Diga usted que no le gustan y punto. A mi no me gusta Picasso y no por eso pondré en entredicho el nivel artístico de sus cuadros.
Desde la FIdA y hablo a título individual, pero como miembro del colectivo que se agrupa bajo estas siglas, hemos dado una respuesta a los que en base a sus moralistas creencias- nosotros también podemos opinar- pretenden "crucificar" (toda la vida ejerciendo de fariseos y saduceos, que contradicción) a un fotógrafo, que simplemente ha creado lo que a su creatividad le ha dado la gana. La campaña de la infamia y el descrédito la han montado otros. Los que hacen propaganda electoral con este asunto tampoco somos nosotros.
El manifiesto en protesta por este "linchamiento" impúdico tendrá el éxito que tenga, que poco importa. Nos interesa dar a conocer nuestra opinión al respecto y nada más. Nos interesa hacer llegar a la gente y a la opinión pública una corriente de pensamiento que durante años ha permanecido en el silencio y que ahora ha decidido hacerse oír. Con pocos medios, con poco dinero, pero con cierto entusiasmo. Existimos, y por tanto nos manifestamos, y sobre todo exigimos que nos dejen existir.
Estamos en nuestro derecho a atacar las religiones, porque consideramos que no son más que una creación del ser humano, para sojuzgar y abolir la libertad de otros seres humanos. Allá cada cual con su conciencia y sus creencias, con su libertad y con los símbolos con los que rodean sus doctrinas. El día en que ellos respeten nuestra libertad, podrán, si es el caso, pedir ser respetados. De momento en los siglos de historia de la humanidad, nunca lo han hecho y no parece que ahora vayan a cambiar. Ellos sí se dedican a intentarnos imponer sus criterios morales, y nosotros, simplemente respondemos. Sus acciones tienen unas consecuencias, unos efectos, y aquí está los que en nosotros ha provocado.
Y seguiremos adelante, que no les quepa la menor duda. Nos solidarizaremos con todos aquellos cuya libertad sea agredida en nombre de unos dioses qué para nosotros no tienen por qué formar parte de nuestras vidas. El problema aparece y se desarrolla, cuando lejos de mantenerlos al margen de nuestra existencia, nos hacen comulgar con ellos en muchas parcelas de nuestra vida.
En cuanto a las caricaturas de Mahoma que ofendieron a los musulmanes: ¿que pretende el moralista autor del artículo? En primer lugar está desinformado porque en ellas no se representaba a Mahoma, sino al radicalismo musulmán. En segundo lugar, muchos miembros de la FIdA ya nos manifestamos al respecto en su momento y nuestra opinión no fue diferente a la que hemos dado sobre el caso Montoya. El contexto es parecido si no idéntico y la respuesta es la misma: libertad de conciencia, de expresión y de creación. Así de sencillo.
1 comentario:
Parábola: Todo aquel que ataca la libertad de conciencia, de expresión, de creación, no es más que un mamón de tigre. Las fotos de Jam son una delicia y una bendición. Si estuvieran aquí santa Teresa, san Juan de la Cruz, fray Luis de Leon,y el mismo Fray Luis de Granada, alabarían al señor Montoya frente a la Inquisición y sus sacro-criminales obscenidades.
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