7 de febrero de 2007

LAS CARICATURAS DE MAHOMA: LA FARSA DE UN JUICIO


El Tribunal Correcional de París ha iniciado el juicio contra el semanario satírico francés "Charlie Hebdo", por la publicación hace más de un año de una seríe de viñetas humorísticas, que en su momento el presidente francés Jacque Chirác consideró como ofensivas. Curiosa declaración cuando la Constitución francesa dice que ese país es laico.
El diario danés 'Jyllands Posten' publicó las viñetas en septiembre y desencadenó una ola de protestas diplomáticas y callejeras en diversos países. Los musulmanes, incluso los más moderados, se sintieron insultados por la publicación de aquellos dibujos. La semana siguiente fueron publicadas en el semanario noruego 'Magazinet' y a raíz de las protestas desatadas lo hicieron otros medios europeos como 'Die Welt' o 'France Soir'.
El proceso se abre tras la denuncia presentada por las Organizaciones Islámicas de Francia y por la Gran Mezquita de París.
En octubre de 2006, un tribunal danés absolvió a los responsables del diario que originalmente publicó las caricaturas: "No se puede descartar que los dibujos hayan ofendido el honor de los musulmanes, pero eso no es suficiente para suponer que han sido concebidos como ofensivos o que el objetivo era desacreditar a los musulmanes", señala la sentencia.
La reproducción de la imagen de Mahoma es considerada un sacrilegio por el Islam, un agravio que magnificó la publicación de caricaturas en las que se presenta al profeta como un suicida con una bomba de relojería en la cabeza.
Para mi está muy claro que nadie, salvo los que comulguen con esa religión, tienen porqué saber lo que se les prohibe o se les permite.
El miedo, aunque ellos lo nieguen, hizo que los medios de prensa americanos se desmarcaran de la opinión mayoritaria en Europa y dijeran que las caricaturas eran una provocación que alentaba el conflicto entre civilizaciones. Supongo que estos mismos medios, habrán cuestionado la invasión de Iraq, acontecimiento bélico que ha provocado la agudización en el mundo del terrorismo islámico o dicho de otro modo, ese mismo conflicto entre civilizaciones.
Y el miedo, genera miedo. Es una sensación que se enreda como un ovillo, que se va liando y liando hasta provocar una atadura, que va limitando el pensamiento para llevarlo a un estado de incapacidad de raciocinio.
Resulta una incoherencia que un estado democrático como el francés inicie este tipo de juicios publicos. Las religiones están para ser estudiadas, aceptadas, asimiladas, practicadas, cuestionadas o repudiadas, según el análisis y las conclusiones que cada uno extraiga de ellas. Nadie puede ni debe imponer los pensamientos de nadie, se llame como se llame, sea o no real, material o inmaterial.
Podemos plantear nuestras ideas, discutirlas, debatirlas, expresarlas, difundirlas, "luchar" por ellas... No nos pueden exigir que lo que a ellos se les prohibe según un texto "sagrado" sea prohibido a los demás. El adoctrinamiento deberá ser de uso privado (para el que quiera o se deje ser adoctrinado). Yo no tengo por qué levantarme cada mañana pensando en que alguno de mis actos puede herir susceptibilidades, y menos si dichas heridas pueden ser abiertas desde unos postulados en los que no creo.
A santo de que "Santo" debo guardar silencio, reprimir mi crítica racional y no violenta sobre algo que me parece lesivo para la humanidad y para la mente. ¿Por qué debo censurarme si tengo la idea de que la invención por parte del hombre de las religiones monoteístas ha sido y es uno de los mayores errores que se han cometido en la historia de la humanidad? Y lo que es peor: el hombre ha permitido la creación de estados teocráticos que provocan aún más ataduras morales, más miedos, más situaciones que como la actual rozan el absurdo.
Cada uno establece o conduce su crítica de una manera. En este caso, el de un diario satírico, el mensaje viene en forma de viñeta, sin ánimo de ofensa.
El filósofo plantea sus ideas en forma de escritos filosóficos, el cómico en forma de comedia, el poeta en forma de poesía, el humorista en clave de humor, el director de cine en forma de película, y el dibujante en forma de dibujo. Dejemonos de falacias y de estupideces.
Además, no estamos hablando de un juicio a los creadores de las viñetas, sino a un diario que las publicó, lo que resulta aún más ridículo.
Ya publiqué en este mismo blog, una opinión sobre la impresión que me produjo en su momento la prohibición de una opera que podía resultar molesta para los musulmanes. Afortunadamente, luego, pasados unos meses se representó, no sin antes haber dado mil y una explicaciones a los que sentían ofendidos. Era una muestra más del miedo al islamismo.
La causa de estas situaciones viene derivada del pánico trasmitido desde EEUU después de los atentados del 11S, que se ha visto aumentada por los del 11 M en Madrid, y los posteriores del 7J en Londres. ¿Debemos hipotecar nuestros actos, nuestras manifestaciones de libertad, sea de forma hablada, escrita, pintada o musicada, en virtud de unas creencias que llevadas a la máxima radicalidad quieren ser impuestas en base a la amenaza, el asesinato o el terror?
Nunca debemos renunciar a ese maravilloso derecho en base a pragmatismos, amenazas o miedos. Respetemos a todos aquellos que desde sus convicciones viven y dejan vivir, y combatamos y denunciemos a todos aquellos que en haras de no sé qué poder divino quieren imponerlas. Utilicemos a los poderes judiciales para juzgar a los delincuentes, a los que quieren limitar nuestra libertad. No hagamos lo contrario, es decir, poner barreras a la libertad de expresión de las ideas, sean cuales sean las formas en que cada uno, libremente, decida plasmarlas.
"No es la fe en el islam lo que estigmatizan las caricaturas, tampoco es un ataque a las convicciones religiosas". Lo que expresan las caricaturas, añadió De Fontette, "es la denuncia del uso de la religión por terroristas que pretenden actuar en su nombre, en nombre del profeta".
Demasiado pragmáticos los argumentos, pero si valen para dar por cerrada esta farsa, bienvenidos sean.

No hay comentarios: