7 de enero de 2007

ENHORABUENA SR. GABILONDO


El diario El País en su suplemento dominical, publica las opiniones de diversos personajes de la cultura. Además, en un artículo titulado "El regreso a la libertad vigilada" se hace por parte de su autor Pablo Ordaz, una descripción de los cambios que la ruptura del alto el fuego por parte de ETA, ha provocado en la vida del pueblo vasco, y en especial en la de un concejal socialista, un empresario víctima de la extorsión de la banda terrorista, y un concejal del PP, que a raíz del alto el fuego, habían empezado a ver y sentir la vida de otra manera.
Quiero destacar, dentro de éste magnífico artículo, las opiniones de un periodista. Se trata del conocido Inaki Gabilondo, ex presentador del programa "Hoy por Hoy" de la cadena SER, y actualmente presentador de las noticias de CUATRO. Voy a transcribir sus opiniones, ya que desconozco si la versión digital de El País permitirá su lectura en los próximos días. Considero que son las manifestaciones más sinceras, y más acertadas de todas las que he leído ultimamente sobre las absurdas reivindicaciones de ETA, y sus "peleles" de HB.
Cuando ETA empezó a matar, el periodista Iñaki Gabilondo tenía 17 o 18 años. La noticia del asesinato de Melitón Manzanas le cogió en París, adonde había llegado procedente de San Sebastián, su ciudad. El miércoles pasado, mientras preparaba el primer informativo después de unos días de descanso, le iban llegando de su tierra noticias de un cansancio infinito. Un cansancio que él comparte acompañado de un enfado terrible.
-Y no sé si porque lo creía o porque lo quería creer, pero, sinceramente, tenía la sensación de que ahora estábamos más cerca del final del terrorismo. Yo tengo 64 años y tenía la ilusión de poderlo ver antes de hacerme muy viejo. Tengo la sensación de estar en una noria infinita, vueltas y vueltas y más vueltas, y siempre en el mismo sitio, pero cada vez más viejos, con el estómago más revuelto, con más dolor de cabeza, con más ganas de devolver...
Dice Gabilondo que fue durante el juicio a los secuestradores de Ortega Lara cuando él percibió en toda su crudeza el drama moral que sufre su tierra:
-Eran unos tíos como de mi edad, y recalco el dato porque yo hablo siempre de esto en términos del fracaso de nuestra generación. ETA empezó con gente de 17 años cuando yo tenía 17 años, y se han ido haciendo mayores a la vez que yo. Y aquellos tíos -insisto, de mi edad- estaban metidos en esa jaula de cristal, con una camiseta que ponía no sé qué. Le habían tenido a Ortega Lara como ya todos habíamos visto que le habían tenido, y estos señores, mientras, habían estado viviendo su vida normal. Iban a casa y le decían al niño: "Así no le hables a la ama, oye, coge el cubierto con la mano derecha", y el domingo, a ver a la Real a Anoeta. Ésa es para mí la imagen de la catástrofe moral que esta historia significa y que se pone de manifiesto cuando estos prójimos se han acostumbrado a creer justificada una historia que no aguanta dos minutos seguidos un análisis serio. Que en un pueblo opulento, rico, próspero, económicamente potente, con libertades, con sus símbolos, con sus idiomas, haya una parte de la sociedad que aspire a más me parece legítimo, pero que crea que esa aspiración tiene entidad de opresión popular como para matar...
-Eso me irrita porque ofende los dramas que el mundo tiene de verdad. Yo este año he estado en Gaza, allí he visto lo que es que un pueblo se sienta oprimido; yo he visto en África a gente que no tiene para comer, que tiene que caminar 10 kilómetros a por agua... Y que un pueblo como el mío se esté permitiendo la fantasmada, la chulada de darse la importancia que se está dando, convirtiendo un problema que es sencillamente un problema político como en el mundo hay millones, en un drama de este calibre, jugando batallas de vida o muerte, me parece una ofensa para los asuntos reales de vida o muerte. No puede ser, no puede ser que dediquemos la energía que estamos dedicando a este asunto, que estemos obligando a toda España a tener la paciencia superlativa de dedicar millones de horas de un tiempo que lo necesita para millones de problemas que tiene de verdad. Sencillamente, me parece un insulto, me siento ofendido como vasco y me siento irritado. Me parece que debería haber un problema de categorías. ¡Que esos pobres chicos ecuatorianos estén muertos ahora en nombre de no sé qué anhelo...! Vamos, hombre, hay que ver el problema real de estos dos ecuatorianos que habían venido a sacarse la vida adelante al quinto pino de su país y que les hemos matado porque nosotros creemos que una organización del Estado así es peor que una organización del Estado asá... Es que esto no resiste la comparación. No banalicemos hasta este extremo las cosas y, sobre todo, si las estamos banalizando, pongámonos colorados, que nos dé vergüenza por lo menos.

Mientras los políticos hablan y hablan de sus "estupideces", de sus discusiones sobre lemas y pancartas; mientras proclaman su representatividad sobre las víctimas, sobre lo que es "bueno", y lo que es "malo"; mientras firman comunicados en los que no están todas las firmas que deberían estar; mientras se pierden en reivindicaciones absurdas y sin sentido; mientras unos no reconocen sus errores, y los otros no se acuerdan de los suyos; mientras unos salen en las fotos por exceso y otros no salen lo suficiente; mientras unos hablan demasiado, y los otros demasiado poco; mientras salen analistas políticos de debajo de la tierra, con la piedra filosofal en sus manos, con remedios caseros, y hasta "divinos"; mientras andamos confundidos por las calles, sin entender absolutamente nada; mientras discutimos, a veces, de forma vehemente con nuestros amigos y con nuestros enemigos.....
Entre toda esta lucha de "ideas" y de intereses partidistas, aparece un periodista, del que muchas veces he pensado que había dejado el mundo de los "mortales" y, con un lenguaje sin adornos ni retórica, nos dice, en unas cuantas frases desilvanadas cosas sencillas, inteligibles. Nos dice en definitiva una gran verdad, quizás, la única verdad.
Enhorabuena Sr. Gabilondo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gabilondo expresa el sentir de una inmensa mayoria de ciudadanos (entre los que me incluyo), y dice en este articulo las cosas muy claras.
Deberian tomar ejemplo los que nos gobiernan, darse todos la mano o arrimar el hormbro y reflexionar sobre este parrafo de Gabilondo.
Felicidades Iñaki y gracias Sade por colgar esto en tu blog.

Anónimo dijo...

Es la mejor descripción sobre el absurdo de las reivindicaciones de ETA defendidas con la violencia.

Iñaki es sin duda el mejor comunicador y una mente clarividente al que no se puede dejar de admirar.