¿A QUIÉN VOTARÉ?

Leo casi a diario a mis tres blogueros preferidos (Kabila, Maripuchi, y el afrancesado Babeuf). Preferidos, porque me gusta lo que me cuentan, y porque me gusta como escriben. Los tres han decantado ya su voto, a pesar de que aún nos queda el debate de el lunes próximo. Es normal, Rajoy no obtendrá su voto. Esta claro que este tipo de enfrentamientos televisados están hechos para otro tipo de gente, aunque según dicen, no valen absolutamente para nada. Yo los llamaría: "debates sobre el y tú más"
Debo reconocer que siempre he sido votante del PSOE (excepto en mis años de ácrata en que no votaba ni a "Dios") pero, reconociendo los grandes avances en política social de los últimos cuatro años, me planteo dudas de gran trascendencia.
Los que me leéis de vez en cuando sabéis lo que realmente me preocupa o mejor dicho los temas que me provocan un mayor interés.
De economía no entiendo mucho, pero tengo claro que soy autónomo, y que dependo de la capacidad de consumo del ciudadanos, es decir, del poder adquisitivo de las familias. Por tanto, el asunto es de trascendental importancia.
Del tema Iglesia-Estado ya he opinado en numerosas ocasiones, y me parece que el PSOE en los cuatro años de gobierno no ha dado (por miedo) los pasos necesarios para acabar con esta lacra que nos crea una importante dependencia social, y cuyos representantes, de vez cuando (demasiadas) se dedican a meterse donde no les llaman.
En el tema de protección animal, tampoco el PSOE me ha dado muestras de querer un debate social amplio. La razón, de nuevo, es el miedo, el enfrentamiento con determinadas capas sociales de nuestro país, que queramos o no, todavía sustentan un importante poder económico.
En sanidad y en educación, creo que el partido gobernante está salvando los muebles, aunque la dependencia de los poderes fácticos todavía es importante. La ruptura con la Iglesia es fundamental y necesaria para romper estas ataduras, y un control sobre las comunidades autónomas en política sanitaria me parece fundamental. ¿Es posible? No es admisible ni de recibo que, en algo tan sumamente importante cada uno haga lo que le viene en gana, según quien gobierne en cada sitio.
Cómo bien se dice en alguno de los blogs amigos, los caminos están claros, salvo que el PSOE obtenga la mayoría absoluta: pactos con nacionalistas (casi todos ellos partidos de derecha, como el PNV o CIU) o pactos con aquellos que en estos últimos días han tensado la cuerda hacía posiciones de izquierda (IU). Quizás, incluso sean necesarios pactos con unos y con otros, aunque la digestión de este tipo alianzas a dos bandas se me haga sumamente difícil. Yo no tengo el estómago de los políticos.
Y ahora, yo me pregunto: ¿es buena una mayoría absoluta del PSOE? ¿Es bueno un pacto con los nacionalistas de derechas? ¿Es bueno que el PSOE e IU obtengan los votos suficientes para que juntos puedan llevar a cabo un buen proyecto de izquierda? Salvando la segunda opción que no me convence y de la que ya tenemos experiencias en el pasado, ¿con cual nos quedamos? ¿con la primera o con la tercera y última? Pues yo me decanto por la última, pero eso supone que IU debe obtener un número suficiente de votos, a pesar de la absurda Ley electoral que siempre nos lleva hacía el bipartidismo.
¿Será capaz el PSOE de obtener una mayoría absoluta, y si la obtiene, desarrollar una política seria de izquierda? ¿No sería mejor tener un guardián que pudiera influir de algún modo en sus decisiones como IU?
Debo decir que Zapatero en el debate del lunes me provocó una importante decepción, y Rajoy una importante hilaridad. No me convenció el presidente del gobierno, esperaba más de él. Estuvo blando, bastante blando, para rematar la "faena" metiendo la pata con sus inseparables compañeros de viaje o lo que es lo mismo con la plataforma de los titiriteros, como los calificó Rajoy. Sobre este tema ya he dado mi opinión en el blog, así que no voy a insistir sobre éste asunto.
Es por todo esto que dejo la pregunta en el aire. Evidentemente es una pregunta que me hago a mi mismo, y que solucionaré antes del día 9, aunque lo tengo ya practicamente decidido.