La justificación es el hambre.
EL PERIÓDICO BERLÍN
La imagen de Ghulam, una niña afgana de 11 años, sentada junto a su marido, de 40, captada por la fotógrafa estadounidense Stephanie Sinclair, fue elegida ayer en Berlín como mejor fotografía del año por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La instantánea, que fue distinguida entre otras 1.230 imágenes, forma parte de una serie de retratos de matrimonios forzados que Sinclair realizó durante dos años en Afganistán, Etiopía y Nepal, países en los que es habitual que las familias casen a sus hijos adolescentes.El Unicef estima que cerca de 60 millones de mujeres que hoy tienen entre 20 y 24 años fueron obligadas a casarse antes de llegar a la mayoría de edad. En Afganistán, aproximadamente la mitad de las chicas contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años. La fotógrafa premiada relató que la familia de Ghulam decidió venderla a su marido para poder alimentar al resto de sus hijos, aunque añadió que "se sentían avergonzados" por ello. Stephanie Sinclair explicó que la idea del reportaje surgió de un trabajo anterior sobre mujeres que se suicidaban prendiéndose fuego, muchas de las cuales eran niñas cuando fueron entregadas a sus maridos.En segundo lugar, el jurado del galardón del Unicef reconoció el trabajo de un fotógrafo de la agencia bangladesí Akash sobre la explotación laboral de niños en su país. El alemán Hartmut Schwarzbach obtuvo el tercer premio por la imagen de Annalyn, una niña filipina que vive entre escombros en una colonia de mineros cerca de Manila. Entre los proyectos finalistas también figuran reportajes sobre mujeres violadas en el genocidio de Ruanda junto a sus hijos, los ataques violentos en la franja de Gaza, el brutal entrenamiento al que China somete a sus futuras esperanzas olímpicas, los menores congoleños víctimas de la polio y la infancia en la martirizada región de Chechenia, entre otros.
La imagen de Ghulam, una niña afgana de 11 años, sentada junto a su marido, de 40, captada por la fotógrafa estadounidense Stephanie Sinclair, fue elegida ayer en Berlín como mejor fotografía del año por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La instantánea, que fue distinguida entre otras 1.230 imágenes, forma parte de una serie de retratos de matrimonios forzados que Sinclair realizó durante dos años en Afganistán, Etiopía y Nepal, países en los que es habitual que las familias casen a sus hijos adolescentes.El Unicef estima que cerca de 60 millones de mujeres que hoy tienen entre 20 y 24 años fueron obligadas a casarse antes de llegar a la mayoría de edad. En Afganistán, aproximadamente la mitad de las chicas contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años. La fotógrafa premiada relató que la familia de Ghulam decidió venderla a su marido para poder alimentar al resto de sus hijos, aunque añadió que "se sentían avergonzados" por ello. Stephanie Sinclair explicó que la idea del reportaje surgió de un trabajo anterior sobre mujeres que se suicidaban prendiéndose fuego, muchas de las cuales eran niñas cuando fueron entregadas a sus maridos.En segundo lugar, el jurado del galardón del Unicef reconoció el trabajo de un fotógrafo de la agencia bangladesí Akash sobre la explotación laboral de niños en su país. El alemán Hartmut Schwarzbach obtuvo el tercer premio por la imagen de Annalyn, una niña filipina que vive entre escombros en una colonia de mineros cerca de Manila. Entre los proyectos finalistas también figuran reportajes sobre mujeres violadas en el genocidio de Ruanda junto a sus hijos, los ataques violentos en la franja de Gaza, el brutal entrenamiento al que China somete a sus futuras esperanzas olímpicas, los menores congoleños víctimas de la polio y la infancia en la martirizada región de Chechenia, entre otros.
1 comentario:
Ésto no lo puedo comentar. Me da mucha pena...
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