21 de abril de 2007

ADIÓS AL LIMBO


La Iglesia Católica es buena. Ha decidido que los niños no bautizados, incluso los que no nacieron, porque hubo un aborto-premeditado o natural- ya no irán a ese extraño lugar que su Teología nunca definió. Ahora los niños fallecidos, hijos de todos aquellos que decidieron no bautizarlos, irán directamente al Cielo. Argumentan que están libres de pecado y que el "error" de sus padres, no deben pagarlo ellos. Bueno, esto último es lo que interpreto yo, después de leer la prensa de hoy, que se hace eco de esta "magnífica" noticia. Una vez más la Iglesia se hace "donadora" del perdón, decidiendo quién es quién, clasificándolo y adjetivandolo.

El significado de limbo es "frontera". Aunque popularmente se entiende como un sitio "al que las almas van". Desde el punto de vista teológico el concepto nunca estuvo completamente definido. Era lo que en teología se conoce como "teologúmeno". En realidad, el limbo nunca formó parte de la doctrina oficial de la Iglesia (como lo forma el Purgatorio).
Tradicionalmente se decía que cuando un alma no merece ir al Infierno pero tampoco puede seguir el camino revelado por Dios para acceder al Cielo, su destino es desconocido para nosotros.

El limbo nunca ha sido doctrina de la Iglesia Católica sino una proposición teológica. Los teólogos utilizaban el concepto del limbo para explicar el destino de los que mueren sin haber cometido pecado mortal pero sin el bautismo. En la pastoral se hablaba del limbo sobre todo en referencia a los niños que morían sin ser bautizados. Después del Concilio Vaticano II el concepto del limbo fue abandonado. El Catecismo actual confía el destino de los no bautizados en las manos de Dios sin elaborar.

Pues bien, a partir de ahora ya tienen destino, irán directamente al Cielo. El misterioso limbo, en el que a veces todos nos encontramos, ha desaparecido.

En un principio existió otro limbo, según se puede leer en algunos escritos:

El catecismo de Trento, promulgado después del Concilio de Trento, al explicar los lugares donde están detenidas después de la muerte las almas privadas de gloria, enseña que “hay una tercera clase de cavidad, en donde residían las almas de los Santos antes de la venida de Cristo Señor Nuestro, en donde, sin sentir dolor alguno, sostenidos con la esperanza dichosa de la redención, disfrutaban de pacífica morada. A estas almas piadosas que estaban esperando al Salvador en el seno de Abraham, libertó Cristo Nuestro Señor al bajar a los infiernos” (Catecismo de Trento, parte 1, cap. 6, n. 3).

Desde ahora basta con la infinita misericordia divina para que los niños sin bautizar alcancen igualmente el Cielo. Leer más.

La verdad, cuando leo noticias como esta, me asaltan ideas poco saludables, que me hacen pensar que los totalitarismos están muy lejos de desaparecer de nuestro planeta: yo dispuse que los niños no bautizados irían al Limbo, ahora dispongo que deben ir al Cielo, y mañana, ya veremos.
Lo mío es más grave, iré directamente al Infierno, con lo poco que me gusta el calor.
Gracias por preocuparos tanto del prójimo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, les estoy eternamente agradecido, por enviar a mis hijos al cielo, a pesar de mi pecado directo a dios, de no haberlos bautizado.
Ellos (mis hijos) con el tiempo tambien lo agradeceran. La verdad es que era un tema que no me dejaba dormir tranquilo, el hecho de que mis hijos vagaran por el infinito limbo por el estúpido pecado de su padre. Gracias miles les doy a ustedes por liberar a mis hijos de mis pecados.


Pero, después de tanto tiempo, decir ahora que el limbo no existe...

A ver si un dia de estos, vamos a descubrir, que acaso Dios tampoco exista.
Uuuyyyy!!! perdón, se me ha escapado. Que Diós si que existe. Perdón, perdón.

jezl dijo...

Perdonado, hermano. Como verás el marketing también ha llegado a la Iglesia. Bueno, llegó hace mucho tiempo, pero hay que relanzar el negocio. Debe ser que la curva de productividad, la tienen ultimamente un poco baja.