30 de marzo de 2007

EL CASO MONTOYA 2ª PARTE




Anoche, Paco Miñarro, coordinador de la FIdA (Federación Internacional de Ateos), colgó del Observatorio de ésta asociación un interesante artículo en el que hace un análisis pormenorizado de lo que se esconde detrás del asunto. He entresacado del artículo algunos párrafos, pero merece la pena leerlo con tranquilidad en su totalidad. Una vez más, la política, los políticos y el mayor manipulador de los poderes "fácticos", la Iglesia, han encontrado un chivo expiatorio para ocultar sus repugnantes miserias:

Amenazas recibidas por el fotógrafo Montoya por sus "canallescos" montajes: "...Digno de que te revienten los huevos a patadas, te horaden los pulmones con una escarpia bien afilada y escupan sobre tus muertos, hijo de puta. Vas a morir, puto puerco. ¡Arriba España! ¡Viva Cristo Rey!"

Rodríguez Ibarra, el 15 de marzo volvió a pedir perdón en Punto Radio por la financiación de los catálogos, y declaró sentirse “asqueado” e “indignado” por un tema que surgió en 2003. “Es un pago inmerecido –gimió el Presidente- que, tras 24 años, me tachen de enemigo de la Iglesia católica”. Acusó a los populares de “fariseísmo”, y juró que “si tuviera la más mínima duda de que el consejero hubiera querido ofender a la Iglesia, le hubiera cesado en el acto”. Genuflexión tras genuflexión, Ibarra desgranaba en la entrevista su fidelidad a los obispos y a los santos iconos de la cristiandad.

Los musulmanes de Córdoba aprovecharon la ocasión para indignarse en público, y su Presidente, Kamal Mekhelef, sugirió a un periodista que “los que se hacen llamar artistas no se pueden escudar en la libertad de expresión para insultar y ofender a los demás”. Los clericales de un lado y otro se daban la mano. Como siempre.

Francisco Fuentes, portavoz del PSOE en Extremadura, arreciaba ese día contra el PP al tiempo que mostraba su confianza en que la iglesia católica no permitiría que la inminente Semana Santa se transformara en un masivo mitin electoral contra su partido. La Comisión Ejecutiva Regional del PSOE continuaba así la línea hipócrita emprendida desde el primer momento por Ibarra: disculpas por el pecado y reconciliación con la iglesia, por un lado; confrontación con los populares por su “doble moral” y por la instrumentalización de las fotografías, por otro. Una estrategia bastante simple, pero, desde luego, la única permitida por la cúpula de Ferraz, como dejó claro la Ministra de Cultura, Carmen Calvo, al declarar al día siguiente que el catálogo de Montoya le parecía “un disparate.

Así, la Junta, por boca de su Presidente, reprobó finalmente el día 22 las polémicas fotografías, y aseguró que en el futuro trabajaría “para que situaciones como ésta no vuelvan a repetirse”. El consejero Muñoz, ante el Pleno de la Asamblea de Extremadura, pidió disculpas a la “gente de buena fe”, y el diputado popular Tomás Martín Tamayo negó, con tangible sinceridad, que su partido hubiera pretendido sacar rendimiento político. Al PP, añadió, “no le preocupan las guarrerías de Montoya.

Pero, como en toda comedia clásica y en toda fábula, el acto final conlleva una moraleja, un gesto ejemplar, un desenlace prometedor, un acuerdo tácito entre los actores y una apoteosis con coro incluido. No podía ser de otro modo en este caso, pues se contaba con el auxilio de todos los santos y de su excelsa madre en el cielo. “Horrendas fotografías que nos humillan y que maltratan a la Virgen”. Así se expresaba el cardenal primado de España en medio de un gran aplauso, en la Eucaristía de apertura del Año Jubilar Guadalupense, ante quince mil peregrinos. Entre ellos, el presidente-monaguillo de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el aspirante a la alcaldía Francisco Muñoz. Cañizares instó a los españoles a decirle a la Virgen que “la queremos con toda nuestra alma”. “Que nadie nos la toque”, advertía el obispo ante la puerta mudéjar del Monasterio extremeño, cerca de donde se cometió el crimen sacrílego de las imágenes, aludiendo –no pensemos mal- a su inmaculada madre.

El Obispo, imbuido de un halo de autoridad espiritual, y tras reprender enérgicamente a los representantes de la Junta por las debilidades y pecados de sus consejeros, descendió lenta e hieráticamente del púlpito y ofreció la paz y el perdón al poder temporal, en la propia persona de Rodríguez Ibarra, ese genuflexo incorregible que, casualmente, acaba de firmar una partida presupuestaria de un millón y medio de euros para promocionar a la Virgen de Guadalupe. Santa tierra de España.
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