Las páginas de El País se han hecho eco de unos comentarios de D. Mariano, que fueron publicados en el Faro de Vigo entre los años 1983 y 1984. Contando con que nació en el año 1955, tenía por entonces 28 o 29 añitos.
En el primero de ellos con el título "Igualdad humana y modelos de sociedad", Rajoy escribía sobre un libro titulado "La desigualdad humana". Posteriormente, un año después publicó otra "ristra" de sentencias comentando un libro titulado "La envidia igualitaria".
En ambos artículos defendía la idea de que la desigualdad es algo natural al género humano y que toda búsqueda de la igualdad es "radicalmente contraria a la esencia misma del hombre".
Para ello, Mariano Rajoy se remonta al siglo VI antes de Cristo: "Ya en épocas remotas -escribe- se afirmaba como verdad indiscutible que la estirpe determina al hombre (...), era un hecho objetivo que los hijos de 'buena estirpe' superaban a los demás". Más adelante, y partiendo de las leyes de Mendel, llega a esta conclusión: "El hombre, en cierta manera, nace predestinado para lo que debe ser".
Por ello, "todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de la riqueza" tiene como objetivo "la imposición de la igualdad" y son "radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre (...) y por ello, aunque se llamen modelos progresistas, constituyen un claro atentado al progreso porque contrarian y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es lo que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos".
"El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, el color de la piel y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político".
"¿Por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria".
Todavía no he salido de mi asombro. No porqué tuviera dudas de la ideología "neonazi" de este buen señor, sino por pensar que a este defensor de la esclavitud le han votado diez millones de españoles. No creo que todos estos votantes pertenezcan a la buena estirpe de los elegidos, ni a aquellos que en cierta manera nacen predestinados para ser lo que serán. Hablaré con mi madre sobre mi estirpe y mi predestinación que me han llevado a ser lo que soy. Dado el origen humilde de mi familia, no sé que hago siendo lo que soy.
En el pensamiento de Don Mariano, parece no tener cabida lo que se llama y se ha llamado, igualdad de oportunidades. Lo que yo gritaba en las calles de Madrid y en las universidades en la segunda mitad de la década de los 70-"el hijo del obrero a la universidad"- parece ser que era antinatural. ¡Joder!, de lo que se entera uno después de leer a un "iluminado".
Está es la alternativa democrática que tenemos al que llaman "inútil" presidente del Gobierno.
Lo curioso es que estás "maquinaciones neuronales" han salido a la palestra, tras las declaraciones del "elegido" sobre lo que debe tener una persona para gobernar España. Según Rajoy, debe tener algo más que 18 años y ser español. Claro, ahora se entiende: deberá ser de sangre azul, haber nacido en una familia rica y acomodada, y ¿tener algún grupo sanguíneo determinado?. Me suena que alguien de por allí arriba también hacía "comentarios" sobre seres superiores, basándose eso si en otros parámetros selectivos. El señor Rajoy habla de estirpes, el señor Sabino creo que hablaba de etnias. A ver si ahora, el pensamiento de Sabino Arana y el de Rajoy van a tener similitudes. Estaría bueno que el padre del nacionalismo vasco (y sus seguidores ultramodernos que disfrazan en una ideología de izquierdas un pensamiento fascista, como Arnaldo Otegui) y Don Mariano tuvieran algo en común, y más teniendo en cuenta en la coyuntura política en que se han realizado las comentadas declaraciones.
De nada han valido para el jefe de la oposición siglos de pensamiento humano. Él se queda en el siglo VI antes de Cristo, cuando se decía "que la estirpe determina al hombre". Si se hiciera un estudio antropológico de los señores diputados y senadores del PP, llegaríamos seguro a conclusiones sumamente interesantes. No me extrañaría por tanto que todos estos elementos tengan en sus ancestros a eternos buscadores de la desigualdad humana. El principio de igualdad de oportunidades para todos estos señores debe ser una quimera, algo impensable y por supuesto incomprensible.
En el primero de ellos con el título "Igualdad humana y modelos de sociedad", Rajoy escribía sobre un libro titulado "La desigualdad humana". Posteriormente, un año después publicó otra "ristra" de sentencias comentando un libro titulado "La envidia igualitaria".
En ambos artículos defendía la idea de que la desigualdad es algo natural al género humano y que toda búsqueda de la igualdad es "radicalmente contraria a la esencia misma del hombre".
Para ello, Mariano Rajoy se remonta al siglo VI antes de Cristo: "Ya en épocas remotas -escribe- se afirmaba como verdad indiscutible que la estirpe determina al hombre (...), era un hecho objetivo que los hijos de 'buena estirpe' superaban a los demás". Más adelante, y partiendo de las leyes de Mendel, llega a esta conclusión: "El hombre, en cierta manera, nace predestinado para lo que debe ser".
Por ello, "todos los modelos, desde el comunismo radical hasta el socialismo atenuado, que predican la igualdad de la riqueza" tiene como objetivo "la imposición de la igualdad" y son "radicalmente contrarios a la esencia misma del hombre (...) y por ello, aunque se llamen modelos progresistas, constituyen un claro atentado al progreso porque contrarian y suprimen el natural instinto del hombre a desigualarse, que es lo que ha enriquecido al mundo y elevado el nivel de vida de los pueblos".
"El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los caracteres físicos como la estatura, el color de la piel y también el cociente intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la igualdad social: no es posible la igualdad del poder político".
"¿Por qué, mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria".
Todavía no he salido de mi asombro. No porqué tuviera dudas de la ideología "neonazi" de este buen señor, sino por pensar que a este defensor de la esclavitud le han votado diez millones de españoles. No creo que todos estos votantes pertenezcan a la buena estirpe de los elegidos, ni a aquellos que en cierta manera nacen predestinados para ser lo que serán. Hablaré con mi madre sobre mi estirpe y mi predestinación que me han llevado a ser lo que soy. Dado el origen humilde de mi familia, no sé que hago siendo lo que soy.
En el pensamiento de Don Mariano, parece no tener cabida lo que se llama y se ha llamado, igualdad de oportunidades. Lo que yo gritaba en las calles de Madrid y en las universidades en la segunda mitad de la década de los 70-"el hijo del obrero a la universidad"- parece ser que era antinatural. ¡Joder!, de lo que se entera uno después de leer a un "iluminado".
Está es la alternativa democrática que tenemos al que llaman "inútil" presidente del Gobierno.
Lo curioso es que estás "maquinaciones neuronales" han salido a la palestra, tras las declaraciones del "elegido" sobre lo que debe tener una persona para gobernar España. Según Rajoy, debe tener algo más que 18 años y ser español. Claro, ahora se entiende: deberá ser de sangre azul, haber nacido en una familia rica y acomodada, y ¿tener algún grupo sanguíneo determinado?. Me suena que alguien de por allí arriba también hacía "comentarios" sobre seres superiores, basándose eso si en otros parámetros selectivos. El señor Rajoy habla de estirpes, el señor Sabino creo que hablaba de etnias. A ver si ahora, el pensamiento de Sabino Arana y el de Rajoy van a tener similitudes. Estaría bueno que el padre del nacionalismo vasco (y sus seguidores ultramodernos que disfrazan en una ideología de izquierdas un pensamiento fascista, como Arnaldo Otegui) y Don Mariano tuvieran algo en común, y más teniendo en cuenta en la coyuntura política en que se han realizado las comentadas declaraciones.
De nada han valido para el jefe de la oposición siglos de pensamiento humano. Él se queda en el siglo VI antes de Cristo, cuando se decía "que la estirpe determina al hombre". Si se hiciera un estudio antropológico de los señores diputados y senadores del PP, llegaríamos seguro a conclusiones sumamente interesantes. No me extrañaría por tanto que todos estos elementos tengan en sus ancestros a eternos buscadores de la desigualdad humana. El principio de igualdad de oportunidades para todos estos señores debe ser una quimera, algo impensable y por supuesto incomprensible.
Enric Sopena me ha facilitado la labor de buscar información sobre los autores de los "magníficos" libros que D. Mariano tanto admiraba. ¡Impresionante!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario