Parisa (ha sido liberada la semana pasada, tras recibir 99 latigazos), Iran, Khayrieh, Shamameh, Kobra, Soghra y Fatemeh son siete mujeres iranís condenadas a morir lapidadas. Les acompañaran en el calvario dos hombres, si no son conmutadas las penas. Firma ahora para intentar salvarlas.
Gráfico interactivo sobre la lapidación.
La condena a ser lapidada de una nigeriana llamada Amina Lawal en octubre del 2001, de la que se hizo un amplio seguimiento en los medios de información, abrío la "caja de los truenos". A raíz de ésta noticia se inicia un amplio debate sobre la shari'a islámica.
En alguna página he visto poner en cuestión la existencia de tales lapidaciones, llegando incluso a insinuar que detrás de la aireación de estas noticias se esconde la mano de la Iglesia, y su deseo de que África sea su coto privado.
Éstas imágenes son reales; el problema es que seguramente no serás capaz de verlas por completo.
Abdelkarim Osuma explica que la lapidación no tiene nada que ver con el Corán, ya que cuando esta practica aparece, el texto coránico todavía no había sido recopilado como tal y como hoy lo conocemos. La lapidación no es musulmana ni cristiana ( en el Levítico se puede leer: "si adultera un hombre con la mujer del prójimo, ambos serán llevados a las puertas de la ciudad y lapidados hasta la muerte". Jesús salvó a María Magdalena de ser lapidada y pronuncio la frase: "quién esté libre de culpa que lance la primera piedra". Aún así, en algún texto de San Agustín se puede leer: "cumplase la ley, que sea apedreada la adúltera".
La shari'a o ley islámica considera delito el adulterio y puede castigarlo, en el caso de las mujeres con la pena de muerte por apedreamiento.
En Afganistan, en la década de los 90 cuando imperaba el gobierno de los Mujahidin (guerrilleros islámicos) fueron muchos los hombres y mujeres lapidados, alcanzando durante la época de los talibanes su mayor auge, especialmente entre 1996 y 2001. A pesar de todo, las mujeres afganas, adquirieron el derecho a voto en las presidenciales de 2004. Tan sólo acudió a votar el 50%.
En Pakistan, una mujer violada fue condenada a ser lapidada.
En Nigeria, la nueva legislación basada en la shari'a ha introducido la pena de muerte preceptiva para el adulterio, que anteriormente no era punible con la pena capital, y permite la aplicación de la pena máxima para otros delitos sexuales de forma discrecional. Las lapidaciones en éste país han sido contestadas con una gran presión internacional que ha impedido que las últimas condenas se hayan hecho efectivas.
En Irán también se han producido lapidaciones entre 1997 y 2001 y actualmente se llevan a cabo. En los Emiratos Árabes Unidos a lo largo del año 2000 alguna mujer fue condenada a morir de esta forma. En Arabia Saudí, una viuda ha sido condenada a ser lapidada.
En éste enlace se hace un estudio jurídico sobre la lapidación de las adúlteras.
El senado español, pidió la anulación definitiva de la lapidación en Afganistan en el año 2005.
El artículo que podéis leer en éste enlace, firmado por un musulmán pretende dejar bien claro, que la lapidación no tiene nada que ver con las enseñanzas del "Altísimo". Juzgad vosotros mismos.
Los paquistanis acostumbran a rociar el cuerpo de la mujer con gasolina antes de convertirla en una antorcha humana.
En Jordania, utilizan el cuchillo, el hacha o las balas para acabar con la vida de la pecadora en plena plaza pública y a la luz del día.
En Irán, Afganistán, Nigeria y Sudán se aplica la ley de la lapidación no por el pueblo, sino por el mismo Estado, un milenario castigo de tradición judaica. La muerte por lapidación tampoco es ajena en el mundo judío-cristiano. Según las Sagradas Escrituras, quien mira a la mujer del prójimo deseándola, ya cometió adulterio con ella en el corazón.
Aunque la ley turca despenalizó el adulterio en 1996 para los hombres y en 1999 para las mujeres, en las zonas árabes las mujeres que infringen el código de honor, son arrojadas desde un puente. Los kurdos islamistas, por su parte, suelen cortar la nariz, la lengua y labios de la adúltera.
Los egipcios suelen lavar su honor paseando la cabeza de la esposa decapitada por las calles.
En Yemen 400 mujeres fueron asesinadas a cuchillo en 2003.
Según la Sharía, conocida también como interpretación estricta de los códigos legales del Corán, una mujer casada, aun habiéndose divorciado, comete adulterio si mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio. La muerte por lapidación es una costumbre que se conserva desde tiempos inmemoriales en culturas donde los hombres hacen justicia por mano propia, para conservar el status quo de la sociedad patriarcal y aplicar la pena de muerte contra la mujer que viola las normas establecidas por el código criminal de la ley islámica que, a su vez, contempla la amputación por robo, los azotes por beber alcohol y otros castigos crueles, inhumanos y degradantes.
El conflicto surge cuando los detractores musulmanes de la lapidación nos hacen ver que la shari'a mal interpreta los textos sagrados del Corán. Para ellos estos textos, son la máxima expresión del amor humano, y por tanto, la lapidación y otros actos, como los anteriormente nombrados son incompatibles con el Corán, o como mínimo son una interpretación errónea de los mismos.
En el blog Alianza de Civilizaciones se puede leer lo siguiente: "lo cierto es que La ley shari'a, como creación del islam clásico, representa la sistematización del ejemplo y enseñanzas de Mahoma. Fija el estándar para imponer lo correcto y prohibir lo erróneo. Las prácticas musulmanas tales como la caridad, que las mujeres lleven el hijab, y los cinco actos diarios de oración, todo toma su autoridad de las enseñanzas y el ejemplo de Mahoma:“el Apóstol de Alá ordenó que los dos fueran apedreados hasta morir, y así fueron lapidados” (Sahih Bukhari, 8.809).
¿Por qué entonces la suspensión de la pena para una mujer embarazada hasta que su hijo nazca y sea destetado?. En esto, los jueces nigerianos demuestran también actuar según el ejemplo de Mahoma. El musulmán en su colección canónica de hadiths, relata la historia de “la mujer de Gamid”:Llegó ante él [el Santo Profeta] una mujer de Gamid y dijo: 'Mensajero de Alá, he cometido adulterio, así que purifícame'. Él [el Santo Profeta] le dio la espalda. Al día siguiente ella dijo: Mensajero de Alá, ¿por qué me diste la espalda? … Por Alá, me he quedado embarazada'. Él dijo, 'bien, si insistes en ello, vete hasta que des a luz'. Cuando le indicaron llegó con el niño [envuelto] en un trapo, y dijo 'He aquí el niño al que he dado a luz'. Él le dijo 'fuera, y amamántalo hasta que lo destetes'. Cuando le hubo destetado, llegó a él (al Santo Profeta) con el niño, que tenía un trozo de pan en su mano. Ella dijo 'Apóstol de Alá, helo aquí, le he amamantado y come comida'. Él (el Santo Profeta) confió el niño a uno de los musulmanes y entonces dictó sentencia. Y la pusieron [a la mujer] en una zanja hasta su pecho y él ordenó a la gente y la apedrearon. (Sahih Musulmán, 4206).
Este hadith también revela un aspecto importante de esta pena: la lapidación se veía como penitencia de limpieza de su pecado de adulterio. Cuando la mujer de Gamid dice “purifícame”, ella pedía ser lapidada. El comentario islámico de este pasaje exalta varias veces su ejemplo piadoso.
La condena a ser lapidada de una nigeriana llamada Amina Lawal en octubre del 2001, de la que se hizo un amplio seguimiento en los medios de información, abrío la "caja de los truenos". A raíz de ésta noticia se inicia un amplio debate sobre la shari'a islámica.
En alguna página he visto poner en cuestión la existencia de tales lapidaciones, llegando incluso a insinuar que detrás de la aireación de estas noticias se esconde la mano de la Iglesia, y su deseo de que África sea su coto privado.
Éstas imágenes son reales; el problema es que seguramente no serás capaz de verlas por completo.
Abdelkarim Osuma explica que la lapidación no tiene nada que ver con el Corán, ya que cuando esta practica aparece, el texto coránico todavía no había sido recopilado como tal y como hoy lo conocemos. La lapidación no es musulmana ni cristiana ( en el Levítico se puede leer: "si adultera un hombre con la mujer del prójimo, ambos serán llevados a las puertas de la ciudad y lapidados hasta la muerte". Jesús salvó a María Magdalena de ser lapidada y pronuncio la frase: "quién esté libre de culpa que lance la primera piedra". Aún así, en algún texto de San Agustín se puede leer: "cumplase la ley, que sea apedreada la adúltera".
La shari'a o ley islámica considera delito el adulterio y puede castigarlo, en el caso de las mujeres con la pena de muerte por apedreamiento.
En Afganistan, en la década de los 90 cuando imperaba el gobierno de los Mujahidin (guerrilleros islámicos) fueron muchos los hombres y mujeres lapidados, alcanzando durante la época de los talibanes su mayor auge, especialmente entre 1996 y 2001. A pesar de todo, las mujeres afganas, adquirieron el derecho a voto en las presidenciales de 2004. Tan sólo acudió a votar el 50%.
En Pakistan, una mujer violada fue condenada a ser lapidada.
En Nigeria, la nueva legislación basada en la shari'a ha introducido la pena de muerte preceptiva para el adulterio, que anteriormente no era punible con la pena capital, y permite la aplicación de la pena máxima para otros delitos sexuales de forma discrecional. Las lapidaciones en éste país han sido contestadas con una gran presión internacional que ha impedido que las últimas condenas se hayan hecho efectivas.
En Irán también se han producido lapidaciones entre 1997 y 2001 y actualmente se llevan a cabo. En los Emiratos Árabes Unidos a lo largo del año 2000 alguna mujer fue condenada a morir de esta forma. En Arabia Saudí, una viuda ha sido condenada a ser lapidada.
En éste enlace se hace un estudio jurídico sobre la lapidación de las adúlteras.
El senado español, pidió la anulación definitiva de la lapidación en Afganistan en el año 2005.
El artículo que podéis leer en éste enlace, firmado por un musulmán pretende dejar bien claro, que la lapidación no tiene nada que ver con las enseñanzas del "Altísimo". Juzgad vosotros mismos.
Los paquistanis acostumbran a rociar el cuerpo de la mujer con gasolina antes de convertirla en una antorcha humana.
En Jordania, utilizan el cuchillo, el hacha o las balas para acabar con la vida de la pecadora en plena plaza pública y a la luz del día.
En Irán, Afganistán, Nigeria y Sudán se aplica la ley de la lapidación no por el pueblo, sino por el mismo Estado, un milenario castigo de tradición judaica. La muerte por lapidación tampoco es ajena en el mundo judío-cristiano. Según las Sagradas Escrituras, quien mira a la mujer del prójimo deseándola, ya cometió adulterio con ella en el corazón.
Aunque la ley turca despenalizó el adulterio en 1996 para los hombres y en 1999 para las mujeres, en las zonas árabes las mujeres que infringen el código de honor, son arrojadas desde un puente. Los kurdos islamistas, por su parte, suelen cortar la nariz, la lengua y labios de la adúltera.
Los egipcios suelen lavar su honor paseando la cabeza de la esposa decapitada por las calles.
En Yemen 400 mujeres fueron asesinadas a cuchillo en 2003.
Según la Sharía, conocida también como interpretación estricta de los códigos legales del Corán, una mujer casada, aun habiéndose divorciado, comete adulterio si mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio. La muerte por lapidación es una costumbre que se conserva desde tiempos inmemoriales en culturas donde los hombres hacen justicia por mano propia, para conservar el status quo de la sociedad patriarcal y aplicar la pena de muerte contra la mujer que viola las normas establecidas por el código criminal de la ley islámica que, a su vez, contempla la amputación por robo, los azotes por beber alcohol y otros castigos crueles, inhumanos y degradantes.
El conflicto surge cuando los detractores musulmanes de la lapidación nos hacen ver que la shari'a mal interpreta los textos sagrados del Corán. Para ellos estos textos, son la máxima expresión del amor humano, y por tanto, la lapidación y otros actos, como los anteriormente nombrados son incompatibles con el Corán, o como mínimo son una interpretación errónea de los mismos.
En el blog Alianza de Civilizaciones se puede leer lo siguiente: "lo cierto es que La ley shari'a, como creación del islam clásico, representa la sistematización del ejemplo y enseñanzas de Mahoma. Fija el estándar para imponer lo correcto y prohibir lo erróneo. Las prácticas musulmanas tales como la caridad, que las mujeres lleven el hijab, y los cinco actos diarios de oración, todo toma su autoridad de las enseñanzas y el ejemplo de Mahoma:“el Apóstol de Alá ordenó que los dos fueran apedreados hasta morir, y así fueron lapidados” (Sahih Bukhari, 8.809).
¿Por qué entonces la suspensión de la pena para una mujer embarazada hasta que su hijo nazca y sea destetado?. En esto, los jueces nigerianos demuestran también actuar según el ejemplo de Mahoma. El musulmán en su colección canónica de hadiths, relata la historia de “la mujer de Gamid”:Llegó ante él [el Santo Profeta] una mujer de Gamid y dijo: 'Mensajero de Alá, he cometido adulterio, así que purifícame'. Él [el Santo Profeta] le dio la espalda. Al día siguiente ella dijo: Mensajero de Alá, ¿por qué me diste la espalda? … Por Alá, me he quedado embarazada'. Él dijo, 'bien, si insistes en ello, vete hasta que des a luz'. Cuando le indicaron llegó con el niño [envuelto] en un trapo, y dijo 'He aquí el niño al que he dado a luz'. Él le dijo 'fuera, y amamántalo hasta que lo destetes'. Cuando le hubo destetado, llegó a él (al Santo Profeta) con el niño, que tenía un trozo de pan en su mano. Ella dijo 'Apóstol de Alá, helo aquí, le he amamantado y come comida'. Él (el Santo Profeta) confió el niño a uno de los musulmanes y entonces dictó sentencia. Y la pusieron [a la mujer] en una zanja hasta su pecho y él ordenó a la gente y la apedrearon. (Sahih Musulmán, 4206).
Este hadith también revela un aspecto importante de esta pena: la lapidación se veía como penitencia de limpieza de su pecado de adulterio. Cuando la mujer de Gamid dice “purifícame”, ella pedía ser lapidada. El comentario islámico de este pasaje exalta varias veces su ejemplo piadoso.
Última hora: Irán se moviliza contra las lapidaciones.
1 comentario:
Descubro tardíamente este blog y debo decir que me adhiero firmemente al compromiso de denunciar cualquier acto que vaya contra el ser humano únicamente porque este profese una religión determinada o no siga una política establecida. La vida debería estar por encima de todo, y cualquier método que la destruya es objeto de mi repulsa más acentuada.
En mi obra NOCTURNOS me uno a este compromiso firme desde lo más profundo de mi corazón.
Un saludo muy fuerte
ISIDRO
Publicar un comentario